En los inicios del siglo XX, como producto de 250 años de dominio de la minoría blanca, lo que hoy se conoce como Sudáfrica presentaba características que la identificaban con el resto de África subsahariana. Al mismo tiempo, habían surgido los principales rasgos sociales, económicos, políticos e ideológicos que a lo largo de la centuria distinguirían cualitativamente ese territorio de otras sociedades del subcontinente y que servirían de fundamento para la institucionalización, a partir de 1948, de la explotación racista conocida como apertheid. El estudio que aquí se presenta no pretende ser exhaustivo, la historia sudafricana es extraordinariamente rica y compleja. La finalidad es contribuir al conocimiento de las nueve décadas cruciales que precedieron la elección histórica de mayo de 1994 que se basó en la fórmula una persona, un voto.